Amaneció muerta el jueves santo (la Úrsula de Cien años de soledad).
Gabriel García Márquez murió el jueves santo.
Yo nací el jueves santo.
Mi abuela me lo advirtió: «Eres una niña de Jueves Santo».
Mi abuela hablaba del Jueves Santo con mucha veneración, subrayando las mayúsculas.
Cuando hablaba mi abuela siempre se sabía dónde iban las letras mayúsculas; yo sabía dónde iban. Parecía que mi abuela hablaba para mí.
La abuela de Gabriel García Márquez se llamaba Tranquilina y hablaba para él, para que cuando fuera mayor pudiera contar.
Ahora mi abuela se ha puesto a contarme. Quiere que cuente.
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