miércoles, 3 de febrero de 2016

La lógica del Diablo








Lo digo como me lo dijo, sin poner ni quitar nada: «El Diablo es más lógico, más razonable. El Diablo tiene sentido y sabe a dónde va. Dios, en cambio, es un simplón que piensa que todo irá bien si debe ir bien, pero no explica cómo puede ir bien aquello que debe ir bien, y lo deja todo al dichoso albedrío que envuelve en una pátina de tontuna que acaba por confundir a los humanos y los hace agarrarse a la paciencia, a la resignación cristiana, al advenimiento de lo que sea que vendrá cuando a Él le dé la gana que venga, si se la da, que esa es otra: como tiene toda la eternidad por delante, juega con la paciencia de sus criaturas de manera cruel e innecesaria; es lo que tiene ser todopoderoso y controlar el Universo a su antojo, que se deja de prestar atención a las pobres criaturas cuya existencia es finita, y se piensa en términos de grandeza ilimitada en todos los casos.
»El Diablo, sin embargo, camina despacio, siguiendo los pasos de los humanos, que son cortos, indecisos muchas veces, dubitativos las más; y cómo no van ser cortos, indecisos y dubitativos, si casi nunca saben a dónde van, y cuando creen saberlo aún dudan en algún momento, y entonces quieren rectificar, pero sin dar su brazo a torcer, de ahí los titubeos que el Diablo ve de lejos, por eso decide seguirlos, para alentar su caminar penoso, para apoyarlos con un empujoncito si hace falta».
Así me lo dijo; y que seguiría diciéndome más si hacía falta.