martes, 6 de abril de 2010

Tu Cielo

El paraíso y el infierno están dentro de nosotros. Cada cual tiene destinado un cielo que se convierte en el Cielo, pero es inútil salir en su búsqueda, pues sólo se encuentra cuando es de ley que ocurra. Se trata, en verdad, de un camino que empezamos a andar casi sin darnos cuenta, y mientras andamos y andamos, vamos deshechando opciones y lugares y personas, y así elegimos y aceptamos y rechazamos, hasta que llegamos a un punto en el que nos apetece quedarnos para disfrutarlo. Habrá quien tenga la tentación de hacer saber que lo ha encontrado sólo para compartirlo, pero habrá quien lo propague a los cuatro vientos con la intención malsana de hacer saber que lo tiene. En el primer caso, la paz que sentirá será inmensa y no tendrá ninguna duda de la autenticidad del hallazgo; en el segundo, una desazón que correrá por su corazón le planteará cada día una duda que habrá de despejar con tanta asiduidad que no le dejará apenas tiempo para disfrutar.